A veces, en la vida profesional, nos encontramos corriendo detrás de lo que creemos que queremos, pero, ¿realmente estamos persiguiendo lo correcto? Si alguna vez viste La boda de mi mejor amigo (claramente esto delata mi edad ), seguro recordarás esa famosa escena en la que Julia Roberts corre desesperada tras su mejor amigo y su prometida, y su otro amigo, al teléfono, le pregunta: “¿Quién te persigue a vos?”. Ese simple cuestionamiento, tan directo como sincero, puede ser el disparador perfecto para reflexionar sobre nuestras decisiones en el trabajo. ¿Estamos realmente eligiendo lo que queremos o simplemente corriendo tras algo que creemos que deseamos?
En este Día de los Enamorados, más allá de pensar en flores y bombones, te invito a hacer una pausa y reflexionar sobre esas situaciones que, aunque no siempre son tan evidentes, influyen directamente en nuestra carrera profesional.
1. El líder que ya tiene al candidato elegido, pero se abrió igualmente una búsqueda…
Nunca te pasó que te postulaste para un puesto sabiendo que, en el fondo, el líder ya había elegido a alguien de su equipo, y lo que quedaba era solo cumplir con la formalidad de la búsqueda? A veces es vox populi, ¿no? Todos lo saben, pero nadie lo dice en voz alta. La frustración de quienes se postulan sabiendo que ya hay un favorito crea expectativas innecesarias, que solo terminan siendo una carga emocional. Y ahí es cuando uno se pregunta: ¿por qué no somos transparentes desde el principio? ¿Por qué no dejar claro si el proceso tiene que ver con una búsqueda genuina o si es solo una mera formalidad? Para evitar que todo esto afecte a las personas, es clave ser claro y honesto desde el inicio del proceso. De lo contrario, solo conseguiremos generar desconfianza y frustración.
2. La oportunidad que no lo es tanto…
Nunca te pasó que te sentiste tan emocionado por una propuesta de trabajo, que no viste conscientemente las señales de alerta hasta que alguien te las señaló? Imaginate esto: estás por mandar tu CV a una empresa que te encanta, te imaginas trabajando ahí, ya te estás visualizando en ese nuevo rol… y, sin analizar el todo, de repente, alguien te menciona que hay un paro gremial en curso. De repente, todo lo que pensabas que era perfecto para vos se pone en duda. Esas señales, que a veces pasamos por alto, pueden decirnos mucho sobre el contexto laboral que nos espera. Claro, la emoción de un nuevo desafío es tan fuerte que nos cuesta ver más allá de las primeras impresiones. Pero es fundamental tomar un paso atrás y mirar la situación desde otro ángulo. La cultura, el clima y hasta los conflictos internos, como un paro gremial, pueden ser una señal de que tal vez no todo es tan brillante como parece.
3. El perfil ideal, pero ¿es el lugar adecuado?
Y hablando de situaciones que nos juegan en contra, ojo con el amor por los talent acquisition, porque tanto amor hace que a veces no se analice todo y termines entrando a un lugar que no es para vos. ¿Te diste cuenta de que la cultura de la empresa no tiene nada que ver con tus valores o forma de trabajar? ¡Es una de las trampas más comunes! Como cazatalentos, todos buscamos a alguien que encaje a la perfección con el puesto, pero lo que a veces pasamos por alto es si esa persona realmente encaja con la empresa. Más allá de las habilidades técnicas, la cultura organizacional juega un papel fundamental. No sirve de nada tener el mejor perfil si la persona no va a sentirse cómoda con el entorno, y a largo plazo esto puede generar frustración tanto para el candidato como para la empresa.
A veces, las emociones nos llevan a tomar decisiones apresuradas, ya sea en el trabajo o en nuestras relaciones personales. Por eso, la próxima vez que te enfrentes a una nueva oportunidad o situación profesional, pregúntate: ¿Quién te persigue a vos? ¿Realmente estás eligiendo lo que quieres o simplemente corriendo tras algo que creemos que deseamos? La reflexión puede ser el primer paso para tomar decisiones más acertadas y alineadas con tus verdaderos objetivos.