Durante mis vacaciones, me encontré inmersa en un proceso de cambio que trascendía los límites de lo conocido. Obvio ¿no? Porque si lo fuera, no nos permitiría ir por más, ¿verdad?
Descubrí que la necesidad de transformación no siempre surge únicamente de las situaciones que ya no podemos sostener, sino que también nos pide conectar con nuestra creatividad, fuerza y esencia. Como siempre digo, a buenas preguntas, buenas respuestas.
En este viaje, volví a conectar con la importancia de escucharme con atención para continuar avanzando y dar saltos cuánticos que me expandan. A medida que me despido de mis 39 años, ilumino las decisiones que debo tomar en el próximo año, sintiendo cómo cada paso me lleva hacia una nueva versión de mí misma.
Tres cosas me permitieron detectar que necesitaba un cambio profundo: incomodidad, cansancio y todo presentado en no poder estar en paz mental.
Y por supuesto aprendizajes profundos para seguir meditando:
- a veces el cambio te encuentra en lugares inesperados e impensados (esa es la vida misma, cuando digo que la vida no espera y no se toma vacaciones),
- la vida no te da muchas veces lo que querés sino más bien lo que necesitás
- te hace rendirte a las diversas situaciones para que desde ahí resurjas.
Cada experiencia, cada desafío, se convierte en un escalón en mi camino hacia la plenitud. En este proceso, descubro la magia de la autenticidad y la belleza de la evolución constante.
Mis vacaciones se convierten en un viaje hacia lo más profundo de mi ser, recordándome que el cambio es la única constante en la vida. Que nada está escrito sino más bien todo por escribir, que lo que pensaba que estaba controlado, pues no, apenas gestionado y que cuando menos lo pensás ya cambió de nuevo invitándote a repensarte.
Con gratitud y determinación, me abro a las infinitas posibilidades que el universo tiene reservadas para mí. A través de este viaje, me reafirmo en mi capacidad para crear la vida que deseo, siendo consciente de que cada momento es una oportunidad para crecer, aprender y transformarme.
Que así sea, en este nuevo ciclo que se avecina, donde la luz de mi ser brilla más intensamente que nunca, guiándome hacia un futuro lleno de promesas y realizaciones, porque lo mejor de todo es que yo soy la protagonista de este viaje y que siento el poder ser genuina y decir a viva voz cuando las cosas no salieron tal como yo pensaba y que no por eso, sean malas vacaciones.
Las vacaciones son momentos donde uno conecta con otras cosas, personas, situaciones y por sobre todo tiempo y distancia, y esos mismos estímulos producen un efecto en nosotr@s. Hoy tengo la oportunidad de usar esa info a mi favor siendo yo la dueña de trazar mi camino y seguir avanzando hacia eso que quiero porque la realidad es que si de algo estoy segura que estoy conectada a mi propósito pero por sobre todo a mí misma y eso es lo más importante.
Atentamente, Lau.
